PLAZA DE GALICIA EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

:::Concurso

La lluvia, los paraguas, el granito, los montes y los charcos.

Nos hemos propuesto realizar una actuación profundamente enraizada en el lugar. Santiago de Compostela es una ciudad de largas tradiciones, pero seguramente ninguna tan antigua como la lluvia y las piedras. El proyecto se propone explotar esta riqueza de Santiago conformando un paisaje urbano agradable todos los días del año, pero que reluce especialmente en los días de lluvia. Un entorno amable para los días grises.

El proyecto asume y amplia los objetivos propuestos en las bases.

Se explota el carácter de rótula entre el Casco Histórico y el Ensanche de la plaza.
Se busca priorizar al peatón sobre el resto de los medios de transporte.
Se prioriza el tráfico colectivo frente al privado.
Se optimiza la circulación privada
Se busca el carácter unitario de la actuación.

El proyecto realiza dos operaciones estructurales que permiten plantear una plaza completamente nueva, orientada el peatón; una,desplazar el acceso del aparcamiento fuera de la plaza, lo que asegura la continuidad horizontal en la plaza, y la otra, reducir y restringir el tráfico rodado de forma que el centro de la plaza ya no queda aislado del peatón.

Quitar el acceso del aparcamiento del centro de la plaza, permite realizar un forjado plano desde un extremo al otro de la misma, a la vez que se conserva la vegetación existente en pequeños montículos de tierra. Liberando la plaza de este gran obstáculo se hace que esta recupere para el peatón su verdadero tamaño y unidad.

Reducir el número de carriles (uno en cada orientación) y restringir el tráfico privado en la fachada sur de la plaza, así como ensanchar la acera en la fachada este, devuelve al peatón el protagonismo en la plaza. Además, al ser la rua de montero rios exclusivamente para taxis y para buses, y la rua doctor teixeiro de un solo carril de preferencia peatonal, el centro de la plaza queda ligado a las fachadas sur y oeste de la misma.
Solamente la ronda y la rua do horreo mantienen la prioridad vehicular dado su carga de tráfico y su importancia urbana.

La comunicación con el casco antiguo se resuelve por dos vías paralelas. El ensanchamiento de la acera este, frente a la rua do horreo, mejora la comunicación superficial de la plaza con el casco histórico, dando continuidad peatonal a la salida desde el mismo. Por otro lado, se unifica diversas funciones en un paso bajo la ronda. En esta nueva “porta da mamoa” se da acceso y salida al aparcamiento y se ofrece información turística, además de alojar una pequeña superficie comercial.

En superficie, el la rua de montero rios y la rua do horreo se mantiene el asfalto para la circulación vehicular, mientras que el resto del ámbito de la plaza se trata con distintas combinaciones de adoquines de granito., que se ajustan a los dibujos circulares de la planta.

La vegetación existente se conserva y es integrada en unos montículos que contienen la tierra y que sirven como lugares de estancia y de juego para niños, con bancos que los rodean. Los elementos de la plaza se plantean respondiendo a una doble función, la propia – banco, luminaria, sumidero, ...- y la que desempeñan respecto al “camino del agua” - el recorrido que realiza el agua en la plaza-. El mobiliario de la plaza se resuelve mediante un paraguas de estructura ligera que cobija de la lluvia y que integra una farola que ilumina con distintas intensidades el suelo de la plaza, en un fascinante juego de colores. Los días de lluvia el paraguas se ilumina mediante gotas de luz que se producen al caer las gotas de lluvia. Este mismo elemento es también el que resuelve los paraderos de bus y de taxi, creando lugares protegidos donde esperar. El desagüe se resuelve en ligeras hondonadas que en días de lluvia alojan láminas de agua en las que se refleja la ciudad.

El resultado de la actuación es un conjunto integrado dónde la infraestructura queda oculta para permitir aflorar una plaza para el uso y disfrute de los ciudadanos. Se mantienen todas las plazas de aparcamiento y la circulación de vehículos se optimiza sin perder funcionalidad, pero la ciudad, y especialmente los peatones, ganan un espacio urbano amplio y de calidad, en el que pueden disfrutar de los bellos días de sol y también del agua de la lluvia y convivir de cerca con la vegetación existente. Un espacio protegido por paraguas urbanos que crean lugares de cobijo y de encuentro.